Para descargar: | Testimonio.pdf |
Complemento al testimonio.pdf |
NO ERA CREYENTE y estaba muy lejos de Dios,
pero Él me dijo: «ESTOY».
Él literalmente cambió mi corazón por uno nuevo, limpió mi memoria
y me mostró la verdad sobre mi misma y sobre nosotros – la gente.
LA PROFECÍA DE EZEQUIEL COMIENZA A CUMPLIRSE
[Ez 36,26-28]
He aquí el testimonio de QUIEN REALMENTE SOMOS.
”EL RETORNO DE LA HIJA”
TESTIMONIO DE QUE
DIOS ME AMA PRECISAMENTE A MÍ (Y A TI)
Dios necesitó 1 segundo para salvarme.
ESTE ES UN RESUMEN DE MI LUCHA. MI TESTIMONIO DE CONVERSIÓN. TAL VEZ PUEDA AYUDAR A CUALQUIERA DE VOSOTROS.
Probablemente soy muy parecida a la mayoría de vosotros. Cuando era niña, vivía completamente de acuerdo con los ideales y confiaba en las personas.
Cuando era adolescente, me di cuenta de que el mundo no era precisamente ideal. Me rebelé contra cómo era. Decía a los adultos cómo debería ser, qué no me gustaba de este mundo, qué debería cambiar en este mundo. Mi fe consistía en asistir a la misa de los domingos. Intentaba respetar los Diez Mandamientos y no hacer daño a otras personas. Y eso era todo. Había oído muchas teorías sobre Dios, pero no notaba su influencia en mi vida. A menudo preguntaba a Dios sobre distintos asuntos, pero no escuchaba ninguna respuesta de Su parte.
A la vejez, cualesquiera que fueran mis planes para el futuro, nada salía bien. Miraba a mis amigos a mi alrededor y veía que todo les iba bien. Lo que fuera que pensaran, todo se les estaba haciendo realidad. Y yo, pienso o hablo de mis planes un día y al día siguiente aparecen de repente diez obstáculos diferentes para que no sean posibles. Por otro lado, cuando no quería que pasara algo, precisamente ocurría. Me di cuenta de que no tenía influencia en mi vida. Recibes la vida como cualquier otra persona y no puedes hacer nada al respecto. En ese momento fue una pesadilla. Ahora, con el paso de los años, he comprendido que no era una maldición, sino una bendición. Precisamente en todo ello estaba Dios en mi vida. Todos estos acontecimientos me han llevado al
momento presente, el momento de mayor alegría y felicidad de mi vida. Pero en ese momento era insoportable. Me sentía como muerta en vida, como si estuviera viva, pero veía mi vida desde el lado, como si alguien más estuviera a cargo de ella. Aparecieron problemas en la familia y con los amigos. Cada nueva persona que aparecía en mi vida era causa de sufrimiento. Empezaba a asustarme la gente. Me separé de casi todos mis amigos y no quería conocer a nadie nuevo. Pregunté a Dios por qué precisamente a mí me pasaba todo esto, pero no oía ninguna respuesta. Empecé a pensar que no podía verme ni oírme. Pensé que Dios no se había dado cuenta de que había nacido. Empecé a pensar que era una especie de error en el registro, que Dios no había apuntado mi
nacimiento. Fue un infierno. Respiras y piensas, pero es como si no tuvieras derecho a tu propia vida. Así que dejé de intentar hacer cualquier cosa. Llegué a la conclusión de que esperaría tranquilamente mi muerte. Y con esto en mente, me desperté durante algunos años, esperando todos los días que hoy llegara el fin de esta angustia. Era impaciente y rebelde, estaba contra todos y contra todo. Estaba harta de todo. Todas las noches tenía unas pesadillas horribles. Dejé de dirigirme por completo a Dios y de ir a la iglesia. Pensaba que era el Dios de otras personas, pero no el mío. Empecé a pensar en la apostasía. Y entonces recibí una respuesta de Él.
08-12-2017 (noche del viernes – el Día de la Hora de la Gracia, del que no tenía ni idea en ese momento.)
Me llama mi madre para decirme que J. tiene un tumor cerebral
Me pongo de rodillas a rezar.
Recé las siguientes oraciones:
Padre Nuestro, Ave María, Credo, Bajo Tu Protección, Oración al Ángel de la Guarda, Letanía de Loreto a la Santísima Virgen María, Oración a Nuestra Señora de Lourdes, Oración de Juan Pablo II a Nuestra Señora de Lourdes, Oración por las familias a Nuestra Señora de Lourdes, Oración a Nuestra Señora de Lourdes, Letanía a Nuestra Señora de Lourdes, Oración en angustia a San Judas Tadeo, Oración diaria de protección a San Judas Tadeo, Oración a Santa Judas Tadeo, Oración de acción de gracias a San Judas Tadeo, Letanía a San Judas Tadeo, Oración a Santa Rita, Letanía a Santa Rita, la Corona que rezaba a diario el Padre Pío, Oración a Nuestra Señora de Gietrzwałd, Novena a Nuestra Señora de Gietrzwałd, Letanía a Nuestra Señora de Gietrzwałd, Oración para recibir la gracia por intercesión de la Sierva de Dios de la Hermana Stanisława Barbara Samulowska.
09-12-2017 (sábado)
Oración durante todo el día hasta la noche.
10-12-2017 (domingo)
Santa Misa por el éxito de la operación de J.
Confesión tras 2 años de no ir a la iglesia
Oración de 20:00 a 2:00-3:00 de la noche de domingo a lunes.
11-12-2017 (lunes)
J. operado en el Centro de Salud Infantil.Oración después del trabajo hasta altas horas de la noche.
12-12-2017 (martes) – 18-12-2017 (lunes)
Continuación de la oración después del trabajo hasta altas horas de la noche.
19-12-2017 (noche del martes)
DÍA DEL MILAGRO EN MI VIDA (los acontecimientos de ese día los escribí el 20-12-2017 para no olvidarlos nunca)
„20-12-2017 22:33 (miércoles)
El día de ayer recibí de nuestra clienta, la Sra. H.L., aceite de Loreto, un aceite milagroso del pueblo donde se apareció Nuestra Señora. (Aquí me equivoqué con el nombre del pueblo y pensaba erróneamente que la Virgen se había aparecido allí, pero ya sé que el pueblo se llama Loreto y que alberga la Santa Casa de Nazaret, la casa donde vivía la Santísima Virgen María). Quiero regalárselo a M. y P. para J. Después del trabajo llamé a P. para informarle que había conseguido el este aceite. Quería preguntarle cuándo podía ir a su casa para darles este aceite. P. preguntó si papá estaría en la cena de Nochebuena. […] Colgamos. Me conmovió mucho y decidí llamar a mi madre para advertirle a mis padres que a P. le preocupaba la presencia de papá […] Mi madre dijo […], que se iba de retiro espiritual, pero que no creía que podría ir porque no iba a poder llegar a tiempo. Eran las 18:23:55 cuando le dije que fuera a ese retiro, porque tenemos que luchar por J., porque él sólo no puede luchar, no es capaz de hacerlo. Colgamos Mi madre me dijo que, en ese caso, iría a la iglesia.
Las palabras de P. y la reacción de mi madre, presa de la resignación, me conmovieron tanto que me puse a llorar. Pedí a Dios, a Jesús, a la Madre de Dios y a Todos los Santos que tuvieran compasión, misericordia y piedad, de nosotros mismos y de J. Comencé a dar vueltas por la habitación y el cuarto de baño.
En un momento dado, cuando entré en la habitación y crucé el umbral de la habitación, experimenté una sensación increíble. Todo ocurrió literalmente en un segundo. Fue como si alguien hubiera derramado en mí una paz total y tranquilidad, un alivio dichoso que abrazaba mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos, una alegría increíble y que lo abarcaba todo. Toda la ansiedad, el estrés y la tensión «volaron» de mí en un segundo. Solo quedó dicha alivio, paz y alegría. Como si no acabara de tener lágrimas de tristeza y dijera las palabras: Dios ten piedad de nosotros, Jesús misericordioso, ten piedad de nosotros, ahora tenía lágrimas de alegría en mis ojos, en mi boca una sonrisa de oreja a oreja, y en mi boca una palabra: „Gracias Dios”, „Alabado seas Dios ahora y por los siglos de los siglos, hasta el fin del universo.”, „Alabado seas Dios Todopoderoso, Jesús Misericordioso, Madre Santa, Espíritu Santo y Todos los Santos”. No pude detener esta
explosión de alegría. Ella „rebosaba» de mí, me apretaba los labios. Durante la siguiente media hora o una hora no pude dejar de dar gracias a Dios y alabarlo. Este acto de gracia me ocurrió entre las 18:30 y las 19:00 del 19-12-2017. Fue algo increíble.
Por fin, me di cuenta de que alguien en el cielo había oído mis penas y llantos y se había compadecido de mí. En ese momento, no entendía lo que estaba pasando. ¿Qué significa todo esto? ¿Significa que estaba ocurriendo un milagro (porque recé por el milagro de la sanación de J.), qué era el momento en que mis peticiones llegaron a Dios, o simplemente significa que no debo preocuparme? La sonrisa no dejaba de dibujarse en mi cara. Con este alivio divino me quedé dormida como un niño, con la televisión, la luz y el ordenador encendidos. Me desperté alrededor de las 2:30 de la madrugada. Apagué la televisión y el ordenador, recé y me fui a dormir con una sonrisa dibujada en la cara. Sentí que J. iba a ponerse bien.
No sé quién del cielo estuvo en mi pequeño apartamento del piso 11. Si fue Jesús o el Espíritu Santo, o quizás Nuestra Señora de Loreto, cuyo aceite sagrado tengo en casa. Solo sé una cosa. Lo que me pasó lo comparo con ver un OVNI. De repente ha cambiado mi percepción de este mundo y del mundo invisible. En un momento así,
un hombre cambia su perspectiva, sus prioridades. Cambia lo que está en el centro de la existencia, en el universo. A los hombres se le caen las vendas de los ojos. Ve que lo único que importa es el amor y la preocupación por la gente. Nada más vale una libra de terrones.
Dios, es increíble lo que me ocurrió. Fue tan inusual, algo no de este mundo. Una paz total, dicha, alegría. No podía dejar de reírme a través de las lágrimas, alabar a Dios y darle gracias. Las propias palabras salían de mi boca. Ahora estamos a 20-12-2017 a las 23:22, y todavía siento una paz total, sin tensión en mis músculos, dicha en mi alma. Siento como si mi alma y mi cuerpo hubieran sido bañados desde afuera y desde adentro en una fuente, solo no entiendo lo que es. Tal vez la misericordia, tal vez la piedad divina o la compasión. Me siento como si toda la suciedad de los rincones de mi alma hubieran sido «lavada». Me siento pura. Dios Todopoderoso, gracias por siempre. Dios, es increíble, único, celestial, está más allá de nuestra dimensión, maravilloso. Dios, te doy gracias.
DIOS ES AMOR (EN TODO SU SER Y SIN LÍMITES)
JESÚS ES LA VERDAD, LUZ Y VIDA.
LA ÚNICA Y MÁS VERDADERA VERDAD,
LUZ
(ILUMINANDO LA OSCURIDAD DE LA MENTIRA, EL PECADO Y NUESTRA «AMNESIA»
SOBRE NUESTRA AUTOCONCIENCIA DE QUIÉNES SOMOS Y HACIA DÓNDE VAMOS
(EL PARAÍSO* ESTÁ NUESTRO DESTINO, HA SIDO CREADO PARA NOSOTROS))
Y VIDA
(EN EL PARAÍSO* VIVIREMOS UNA VIDA VERDADERAMENTE
ETERNA, QUE SIEMPRE HEMOS ESTADO DESTINADOS A VIVIR DESDE LA
CREACIÓN DEL MUNDO.)
*con «Paraíso» me refiero al Reino de los Cielos
ESO es lo que sentí en AQUEL momento.
Doy gracias a Dios por permitir que mi corazón y mi mente conozcan esta verdad.”
Mientras estaba en el abismo del infierno espiritual, un segundo de Gracia me cambió.
Ante tal amor, frente al tres veces santo Dios, que es Amor, te alcanza con todo el resplandor que has sido pecador durante años. Tras esta experiencia, empiezas a pensar en ti mismo: „Quién soy yo para juzgar a otros. Yo soy el mismo pecador, o incluso peor”. Ya no tienes la „cara” de juzgar a los demás. Te preguntas: „Querido Padre, he sufrido tantos horrores durante años, ¿cómo puedo no perdonar a alguien que puede ser menos pecador que yo?”.
Lo pensé mucho y llegué a la conclusión de que toda esta avalancha de acontecimientos comenzó con la santa confesión.
Bastó con que después de dos años de total ruptura con Dios, me confesara. Extendí mi dedo hacia Él, y Él -el Padre que me esperaba con anhelo- me agarró toda la mano y me atrajo hacia sí. Tenía la impresión de que la medicina que me servía era como una cura para mi cáncer espiritual. Como un tratamiento «a medida», para mis dolencias espirituales y esclavitud.
Algunos «efectos» de este tratamiento duraron varios meses, otros continúan hasta hoy.
De mis notas:
„Durante los siguientes 2-3 meses aparecieron los siguientes cambios: | Hasta ese momento: |
---|---|
– dejé de maldecir (sigo sin hacerlo) | – maldecía en cualquier frase |
– perdoné a los que me ofenden (a todos), no puedo odiar a la gente ni al mundo. Sólo siento compasión por los que me ofenden, rezo por ellos | – no era capaz de perdonar |
– durante unos 2 meses no soñaba nada por la noche (completamente nada) (ningún sueño) | – casi todas las noches tenía pesadillas |
– durante unos 2-3 meses sentí en mis pechos como si hubiera un lugar «vacío», un enorme «agujero», un «espacio vacío» de gran tamaño y doloroso, como si estuviera cubierto de heridas vivas y ardientes en los bordes. | |
– durante unos 1-2 meses fui muy sensible al pecado, lo veía por todas partes, incluso en situaciones de la vida cotidiana, «a través de los ojos de Jesús», en situaciones que hasta ahora no consideraba pecado. | – no era consciente de los pecados cometidos en situaciones cotidianas, no me daba cuenta de ellos |
– hasta ahora (24-07-2018) siento un gran amor por Dios, Jesús, Madre Santísima y Espíritu Santo | – creía que existía un buen poder que ayudaba a otras personas, pero no a mí. Dios me era indiferente. |
– la atmósfera en el apartamento ha cambiado. Ya no siento aquí ninguna presencia, el televisor ya no se enciende solo | – sentía como si no estuviera sola en mi apartamento. El televisor se encendía solo. Hace unos años, «algo» intentó estrangularme en mi cama en medio de la noche. |
– como resultado de lo que había sucedido durante unos 2-3 meses, no podía recordar nada malo que me hubiera sucedido en mi vida con otras personas; tenía un bloqueo completo en mi cabeza, como un muro impenetrable | – no dejaba de recordar quién me había hecho algo malo |
– me di cuenta de que Dios está a un milímetro de nosotros, está en todas partes, lo ve y lo oye todo | – pensaba que Dios no se había dado cuenta de que había nacido. No puede verme ni oírme. |
– durante 1-2 meses rezaba casi todo el tiempo, en voz alta o en mi mente, en casa, en el trabajo, en la tienda, etc. | – no era capaz de rezarle a Dios. No recordaba las palabras de la oración del Padre Nuestro y del Ave María. |
-inmediatamente después de este acontecimiento, durante 1 mes aproximadamente, nada podía perturbarme, sentía una paz total, paciencia, alegría, plenitud espiritual y suficiencia. Me sentía como si estuviera «de subidón», tenía reacciones lentas. | – me encontraba nerviosa, estresada, impaciente, discutía |
– sentía que el mundo «terrenal» era una especie de matrix, y que sólo este mundo invisible es el único mundo real | |
– en el momento en que me ocurrió este milagro, podría haber abandonado este mundo. Me olvidé completamente de este mundo. Sentía que podía levantarme del suelo. Me olvidé de este mundo totalmente. Podría morir en ese momento sólo para sentir este amor, esta dicha por toda la eternidad. No pensaba en nada ni en nadie en la tierra sólo para sentir lo que siempre había sentido. Para que estos sentimientos nunca desaparecieran de mi corazón, de mi alma y de mi cuerpo. En ese momento, quería morir y encontrarme ya ALLÍ | |
– desde ese momento, sólo tengo miedo de una cosa: no ofender a Dios que me perdonó cosas que me hicieron sentir cuánto me amaba. Con Su ayuda, nunca perderé Su amor, no le avergonzaré, no le defraudaré. Con Su ayuda, haré todo lo que Él me ha destinado a hacer en mi vida mortal. Que nunca me acobarde ni me desvíe del camino que me ha trazado. Amén |
En ese segundo algo más me fue «explicado» en mi conciencia. Es como si me hubieran cambiado mi conciencia por una nueva. Como «aclarado» en mi cabeza. Esto se refiere a toda la humanidad, a todos nosotros.
En ese momento, mis ojos se abrieron a la verdad sobre quiénes somos realmente, nosotros, la gente. Y la única verdad, la única y más importante para nosotros como raza humana, es que somos única y exclusivamente hijos del Dios Único y Todopoderoso. No somos monos civilizados, somos alguien mucho más importante. Se me hizo consciente de que hemos nacido únicamente para 2 propósitos: para adorar y amar a Dios, para rezarle y adorarle, y para amar a otras personas, para amarnos los unos a los otros. Lo hemos olvidado, pero es la verdad. Esta verdad es inmutable desde el primer día que Dios nos creó, y nuestra «amnesia» sobre este hecho nunca cambiará esta verdad.
Quiero que sepáis que nunca antes había pensado en estos temas. Esta conciencia apareció en mi cabeza en ese momento y ha permanecido conmigo hasta hoy. Antes no tenía ni idea de estos temas. En ese momento, fue una completa revelación. Es como si alguien hubiera abierto una «puerta» en mi cabeza que había estado cerrada. Como si mi conciencia se hubiera elevado a un nivel superior. No puedo explicarlo de otra forma. Sentí que mi conciencia había sido «liberada».
Ese día comprendí con toda claridad que no habíamos sido creados para propósitos como enfocarnos en hacer una carrera, trabajar duro para pagar un crédito a 30 años o romper récords en cantidad de cuentas bancarias. Vivimos en asuntos humanos, en los que perdemos el tiempo que nos ha sido dado y olvidamos nuestro destino. No era ni es el plan de Dios en el día de la creación ni lo es ahora que lo lees. Hemos perdido el sentido de nuestra existencia.
Hemos olvidado completamente quiénes somos, tú y yo, y a qué vida nos ha llamado Dios. Hemos olvidado qué vida nos ofreció al mismo principio y qué vida quiere que llevemos ahora, en este momento de nuestra vida terrenal.
No vivimos bien, mis queridos feligreses. Los sistemas estatales creados por el hombre contradicen la voluntad de Dios. Todos los sistemas, porque en la actualidad en ninguno de ellos el hombre es un ser de valor superior, por ejemplo, por encima de la ganancia o la eficacia. Mientras tanto, la Tierra nos fue dada a todos nosotros sin excepción, porque todos somos iguales a los ojos de Dios. Somos hombres, y eso es suficiente. Somos valiosos en nosotros mismos, porque fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, tenemos Su Espíritu. ¿Entonces por qué nos dejamos esclavizar? Después de todo, el Dios todopoderoso, nuestro Padre que nos ama infinitamente sólo espera que volvamos a Él hasta que recordemos quiénes somos, cuál es nuestro gran valor y significado, y cómo debemos vivir. Él quiere ayudarnos. Nos ama mucho a todos. ¡Nosotros no tenemos que luchar por existir!, andar sobre cadáveres, no dejando que nada se interponga en el camino. Basta con que nos dirijamos al Padre, vivamos con dignidad como hijos suyos, y Él se ocupará de todo. ¡El fin de la era espiritual y cualquier otra esclavitud!
Hay un solo Dios que siempre nos ha amado. Nosotros, los hombres, no somos dioses, que intentamos «comprender» el mundo de hoy, que está en manos de satanás. Nosotros la gente de satanás no tenemos ninguna posibilidad. Sólo el verdadero, el único Dios tiene poder sobre él. Es por ello por lo que satanás nos dijo que éramos dioses, que debemos continuar mintiendo y darle la espalda a nuestro único salvador. Basta con comprender que no somos dioses, somos criaturas. Debemos regresar al estado de conciencia anterior al pecado original – borrar el orgullo de nuestros corazones. Debemos ser humildes, como la criatura debe ser humilde ante su Creador. En estos tiempos en que satanás trata de convencernos de que no necesitamos a Dios para nada, que podemos decidir por nosotros mismos que podemos hacer todo, debemos reconocer a Dios como nuestro único Dios. Tienes que renunciar a tu «yo». Debemos preguntarle al Espíritu Santo qué es lo que Jesús quiere de nosotros, esperando escuchar la respuesta, y cuando aparezca, cumplirla. La Santísima Virgen María dijo: «Haced todo lo que os diga». ¡Eso es todo! Desde los días de María y Jesús nada ha cambiado. Así es como debemos vivir. Poner completamente a ti mismo, tu ego, a disposición de Jesús. Sólo entonces regresaremos a Dios, negando así nuestra rebelión, que fue el pecado original. Debemos entregarnos completamente confiando en Dios, someternos a Su voluntad, porque sólo Él sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros y se guía por el amor hacia nosotros. Y esto suena como un cliché desfasado, aunque este cliché ha sido el mismo durante siglos y es la única verdad. Esta verdad nos hará libres -espiritualmente y, después, en todas las demás dimensiones: social, material, etc.
Cuando me llegó, recuerdo que no pude evitar hablarle a mi madre de todas las emociones: ¡la gente tiene que saberlo! ¡Hemos olvidado quiénes somos! ¡No es así como debemos vivir! ¡No es para eso para lo que hemos nacido! Somos esclavos y no somos conscientes de ello, ¡pero si somos los hijos amados de Dios! Por la voluntad de Dios desde el nacimiento somos libres, y los sistemas creados por el hombre nos esclavizan, ¡haciendo del hombre un enemigo y rival de otro hombre! Luchamos por lo que no importa, perdemos tiempo en lo que nos sugiere satanás. Y sin embargo sólo debemos amar a Dios y a las personas – Dios quiere que vivamos en un mundo así. Él se ocupará del resto, porque éste es realmente nuestro Padre, nuestro Padre más amado, que sufre al ver cómo nos esclavizamos y permitimos que satanás se degrade a sí mismo y a los demás. Dios ha luchado tanto por nosotros durante siglos, ¡y nos importa un bledo!
Así es más o menos como pasó. Aristóteles debió sentir algo así cuando gritó «¡Eureka!», cuando lo «deslumbró».
Pero esa es la verdad más sincera. Nuestro Dios Padre vive realmente y nos dio la libertad. Incluso nos permite responder «no» a Sus peticiones. El Beato Padre Jerzy Popiełuszko también dijo que la libertad está dentro de nosotros. La verdadera libertad, dada a nosotros por Dios. Es el derecho a vivir libres de ira, de rivalidad, de odio, de miedo al amor y con derecho a confiar en Dios y en los demás. La verdadera libertad interior que brota del alma del hombre en sus pensamientos, en sus acciones, en sus palabras, en su percepción de sí mismo y de las personas que lo rodean, en su entorno. ¿No te gustaría vivir así sin miedo, sólo felicidad y libertad? No es una utopía, es la mejor opción para nosotros, apoyados en la voluntad de Dios.
Me duele el corazón al ver a la gente correr cada vez más rápido, manteniendo 2 trabajos para poder llegar a fin de mes. Somos esclavos, es triste, pero es la verdad. Nos han dividido. Creo que la mayoría de nosotros lo vemos, y cada año nos va peor y peor. ¡Es hora de despertar, de entender la verdad, volverse hacia Dios y cambiar este mundo al reino de Dios, donde no hay lugar para ningún mal!
Dios nos hará fuertes de nuevo en la unidad, unidos por un solo Espíritu con Él. Ganaremos el mundo con el bien. Recuperaremos la verdadera felicidad y la paz en nuestros corazones, familias y hogares.
Todo comienza en nuestros corazones. –El Reino de Dios o el reino de satanás.
Debemos vencer a satanás en nuestros corazones. Aquí es donde se libra la batalla más importante.
Nos hemos esforzado en separarnos lo más posible del mundo, cuando podemos tenerlo «gratis» de Dios. Perseguimos nuestras colas y no escuchamos la voz del Padre que nos dará todo lo mejor para nosotros, pero debemos escucharle. Escúchale a Él, no a tu ego. Debemos escuchar Sus indicaciones paternales para una vida basada en los Diez Mandamientos y Él se encargará del resto. Confiemos en Jesús hasta el final, vayamos hasta el final de nuestras vidas, sigamos los mandamientos – las instrucciones de un Padre amoroso – y todo lo que nos rodea se convertirá en Su reino en la Tierra. Si dejamos de buscar la felicidad por nuestra cuenta, donde no la hay, podremos respirar.
YA NO HAY MÁS TIEMPO QUE PERDER. SATÁN ES CADA VEZ MÁS FUERTE.
Debemos regresar al Padre que nos está esperando para ayudar a todos en esta tierra (así como me ayudó a mí).
EL CAMINO LO CONOCEMOS. EL PUNTO 1 ES UNA CONFESIÓN SINCERA.
Un padre siempre ve la chusma, así que, ¿por qué perder su tiempo con la chusma? Mucha gente teme a la confesión, pero creedme, no hay nada que temer. Recuerdo mi confesión tras una pausa de 2 años. Fue algo tan liberador.
Cuando oyes que el sacerdote te consuela, te da la absolución y te dice: «perdono tus pecados, puedes ir en paz. En ese momento era Jesús el que estaba en ese confesionario, no el sacerdote. Fueron sus palabras las que oí. Ni una sola palabra de reproche, palabras comprensivas, como un bálsamo para mi miserable corazón. En ese
momento, si pudiera volaría de felicidad. El Confesionario es en realidad una puerta a otra dimensión. En esta dimensión, es precisamente Jesús el que te espera con anhelo, porque quiere ayudarte. Él no está ahí para condenarte (incluso quizás en las Santas Escrituras en ningún momento Él condena a alguien que pide ayuda). Está ahí para liberarte. Él sabe que somos pecadores y seguro que no se engaña a sí mismo, sabe de tras la confesión volveremos a pecar, aunque intentemos romper con el pecado. Si empezamos a tratar a Jesús como nuestro coach en el camino hacia la santidad, la perspectiva cambia de forma inmediata. Porque Él quiere cooperar con nosotros, quiere ayudarnos y conducirnos a la santidad. No es una especie de verdugo o acusador.
Satanás es nuestro acusador ante Dios. Incluso cuando nos presentamos ante Dios después de la muerte, Jesús es nuestro defensor, no nuestro acusador. Es justo, pero también misericordioso. Aunque cada confesión es una extensión del sacramento del bautismo, una purificación total. No tienes que ir a un sacerdote conocido, puedes
ir a un sacerdote de otra parroquia para no sentirte incómodo. Pero no hay otro camino hacia la verdadera felicidad y la libertad en la verdad. No hay otro camino hacia la verdadera felicidad por los siglos de los siglos. El día de mi confesión fue una fiesta en mi corazón. Sentí como si hubiera regresado del exilio y me preguntaba por qué había esperado tanto tiempo para hacerlo. Exactamente igual que la hija pródiga.
Para los que piensan de sí mismos que son los peores, que ya no tienen un camino para volver a Dios, que todo está perdido, que es demasiado tarde, etc. Yo estaba en esa misma posición y te digo que hay una salvación, una y única. Es la confesión. En mi caso, con la confesión comenzó mi regreso a Dios, mi sanación y liberación, mi camino hacia este milagro. Sabes, es satanás quien te dice que no vales nada a los ojos de Dios, para que no te sientas digno de perdón, temeroso de la confesión. La verdad es que Jesús quiere que vengas a Él porque quiere salvarte, porque tienes un valor increíble a los ojos de Dios. Porque, al fin y al cabo, eres Su hijo amado. Y este no es un eslogan desfasado, es la realidad más real. Él realmente te espera, en ese confesionario.
Precisamente a ti. Quiere decirte que te ama, que te perdona. Cada vez nos perdona, por amor a nosotros, porque tenemos tanto valor como personas. El hombre a los ojos de Dios = el hijo más querido. Sentí este amor primero durante mi confesión tras 2 años de no ir a la iglesia y luego durante este 1 segundo de mi vida. Ese amor increíble, sólo amor. Nada en la tierra puede compararse. Una experiencia física como si alguien bañara mi alma y mi cuerpo con amor concentrado.
Lc 15,1-10:
Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Éste acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces les contó esta parábola: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va a buscar la que se perdió, hasta que la encuentra? Cuando la encuentra, se la pone muy contento sobre los hombros y, llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos y les dice: «Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido». Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión. O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas y les dice: «Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido». Pues os digo que, del mismo modo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta». TAL VEZ POR ELLO RECIBÍ ESTA AYUDA DEL CIELO 9 DÍAS DESPUÉS DE LA CONFESIÓN.
SI YA NO TIENES NADA QUE PERDER, QUE ES LO QUE TE IMPORTA, ¡VE A CONFESARTE!
Bueno, nuestros pecados son diferentes. Pero, ¿de verdad piensas que Jesús ya no los conoce? Entonces, ¿por qué prolongar este calvario? No sufras más. ¡Di lo que hay en tu corazón y respira a pleno pulmón, libre de toda carga!
¡HOMBRE! ¡FUISTE CREADO POR LA LIBERTAD EN DIOS, NO PARA UN TORMENTO INNECESARIO!
¿POR QUÉ TE RESISTES A TU NATURALEZA? ¿POR QUÉ SUFRES TANTO POR TU PROPIO DESEO?
RECUERDA: CUANTO MÁS PECADOR ERES, MÁS AMOR DIOS QUIERE OFRECERTE. ¿QUIERES PRUEBAS DE ELLO? ¿QUÉ HAY DE LA MUERTE VOLUNTARIA DE JESÚS POR TI?
Jesús es un verdadero guerrero y un tipo duro. Asumió una misión: bajó de su cielo a este mundo pecaminoso, tomó la cruz sobre sus hombros, la llevó al lugar de su ejecución en medio de gritos e insultos, se postró en la cruz, se dejó clavar en ella y ¡murió por ti! Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad. Y lo hizo rezando por ti hasta el último segundo.
¿Qué más pruebas necesitas para seguir creyendo en el increíble valor que tienes como ser humano? Es suficiente con que seas quien eres. Dios te ama tanto, que te creo así. Cada hombre es único y extraordinario. Todos somos iguales a los ojos de Dios.
Cada uno de nosotros cae y caerá, pero lo más importante es no dejar alejarse de Dios. SATANÁS INTENTARÁ CONVENCERTE DE QUE DIOS YA NO QUIERE TRATAR CONTIGO, QUE LE HAS FALLADO, PERO TODO ES UNA MENTIRA Y UN ENGAÑO. DIOS SIEMPRE TE AMA IGUAL, ni más ni menos, porque más ya no puede. Y espera pacientemente. Él es realmente como un padre terrenal. ¿Te imagina al padre más cariñoso de la tierra? ¿Cómo te trataría? ¿Cómo te recibiría en su casa si hicieras algo malo? El Padre en el cielo es idéntico,
es realmente nuestro amado padre y el que más perdona, al igual que el padre terrenal.
SI SATANÁS TE ARRASTRA POR EL CAMINO EQUIVOCADO, QUIERE DESTRUIRTE, SIGNIFICA QUE ERES UNA AMENAZA PARA ÉL. TEMEROSO DE CUÁNTO BIEN PODRÍAS HACER, CUÁNTA GENTE PODRÍAS ALEJAR DE ÉL.
De todos modos, verás lo que te espera después de la confesión, cómo te tentará el mal. Pero esto no es nada, es normal. Cuando vuelves con Dios, el mal quiere retenerte. Incluso si vuelves a caer, vuelve a correr al confesionario. Y una y otra vez. Hasta el final. Eso es lo que hago ahora. Incluso cuando Jesús cayó bajo el peso de la cruz, se levantó.
Él nos ordenó imitarle exactamente. Cuando peco me digo a mi misma: «Dios me ha mostrado que me ama tan increíblemente», voy a confesarme, le pido perdón a Papá por todo y de nuevo puedo disfrutar de la Vida. Nos ama tanto a todos, no sólo a mí, sino a todos los hombres de la Tierra.
Cuando empiezas a entenderlo y ves que el mal de nuevo te quiere atrapar, sientes la tentación, no te preocupes. Eso significa que te estás acercando a Dios. EL DIABLO NO TIENTA A LOS QUE YA ESTÁN EN SUS MANOS, SINO QUE LOS ADORMECE Y DEJA QUE LOS PECADORES INCONSCIENTES VIVAN SUS ÚLTIMOS DÍAS EN UN ESTADO DE PECADO.
Si afirmas que no tienes pecados, reza al Espíritu Santo por el regalo de la piedad. El Espíritu Santo por tu bien te mostrará tus pecados. No te preocupes, no es nada horrible. Fue satanás quien te los escondió para que pudieras ser uno de los «inconscientes». ¿Te gusta cuando te engañan? SATÁN ES UN ENGAÑO. JESÚS QUIERE DARTE VERDADERA LIBERTAD EN LA VERDAD Y EL VALOR. ÉL QUIERE PERDONARTE, NO ACUSARTE. ES LA ANTÍTESIS DE SATANÁS. ASÍ ES COMO ES.
Mt 12,15-21:
Él al saberlo, cambió de planes y abandonó la sinagoga. Mucha gente le seguía, y él sanaba a todos los enfermos. Pero les ordenaba que no hablaran de él públicamente. Esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el profeta Isaías: “¡Este es mi siervo, a quien he escogido, mi amado, el que deleita mi alma! Pondré sobre él mi espíritu y proclamará justicia a las naciones. No disputará ni gritará; nadie oirá su voz en las calles. No romperá la caña quebrada ni apagará el pábilo que humea, hasta que haga triunfar la justicia y las naciones pondrán en él su esperanza”.
JESÚS ES MI PROTECTOR Y EL MÁS GRANDE, CONFIEMOS EN ÉL, ÉL SIEMPRE NOS LEVANTA,
NOS PERDONA Y NOS GUÍA.
ES EL ÚNICO CAMINO Y EL MÁS SEGURO.
PERO TENEMOS QUE ESTAR TRANQUILOS Y SER
DIGNOS DE CONFIANZA PARA HACER
TODO, LO QUE NOS DIGA. ENTONCES SATANÁS NO NOS DERROTARÁ HOY NI POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.
JESÚS RESISTIÓ TODAS LAS TENTACIONES Y VENCIÓ A LA MUERTE. AHORA QUIERE GUIARNOS.
Por eso existen los confesionarios, para seguir siendo una amenaza para satanás, y el socio de Dios en la lucha por la verdadera libertad y felicidad – nuestra felicidad, nuestras familias, la felicidad de nuestros hijos.
LOS CONFESONARIOS SON PARA NOSOTROS – PECADORES Y SANTOS
Así que este es el mío y tal vez el mejor y más seguro lugar del mundo. Ahí es donde nos sacan del cautiverio. Es un don de Dios. Y QUE LOS SACERDOTES TAMBIÉN SE SIENTAN NECESARIOS
A partir de ese día, cuando Dios cambió mi vida, empecé a acudir regularmente a confesarme. Actualmente voy a confesarme cada semana o cada dos semanas. Cuido mucho de no alejarme de Dios otra vez. Veo cómo el maligno, a través de las acciones de otras personas bajo su influencia, quiere demostrarme constantemente que soy una pecadora. Porque lo soy, Pero en mi corazón y en mi memoria aún tengo ese segundo cuando el Padre me dijo y me hizo sentir cuánto me quiere. Nunca dejaré que satanás me vuelva a alejar de esta Verdad. Nunca dejaré que esta verdad vuelva a ser borrada de mi memoria. De todos modos, ya no hay otra forma para mí. Sin el Padre en el Cielo, moriré. En el Evangelio según San Mateo 12,43-45 está escrito:
Cuando el demonio sale del hombre, anda por desiertos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: „Volveré a mi casa de donde salí”. Viene y ve que la casa no está ocupada, que está limpia y decorada. Entonces va, y toma consigo otros siete demonios peores que él, y entrados, moran allí; Y entonces la condición de tal hombre es mucho peor que al principio. Así también acontecerá a esta mala generación.»
Por eso, después de la curación y la liberación, no puedes dejar tu corazón «desocupado». Por eso hay que introducir a Jesús en el corazón en forma de Eucaristía. Cuando Él mora en tu corazón «limpio y decorado», los demonios no regresarán a Él.
El estado de Gracia santificado tras la confesión es más adictivo que cualquier otra sustancia. Nada puede hacer a una persona más dependiente, iluminarla por dentro y por fuera. Es una alegría y libertad sobrenatural. Por eso engancha tanto. Dejas de tener miedo de la verdad sobre ti mismo porque crees en el amor de Dios y en Su
misericordia. ¿Qué tendrás que tener si a tus espaldas está Dios, tu Padre, que te ama fiel e infinitamente, y para quien nada es imposible?
Fuimos bautizados y criados en la fe católica, y la fe en el Único Dios no es una fe para blandengues. Somos guerreros de Dios, hermanos y hermanas. Guerreros de Dios en la lucha contra el malvado satanás, que aún quiere hacer creer a Dios que no valemos nada. Lo hace poniéndonos a nosotros, a las personas, unos contra otros, a nosotros contra Dios y a Dios contra nosotros. En general, quiere dividirnos a todos. Dios no se deja persuadir, porque sabe cómo nos ha hecho. DIOS SABE QUE NOSOTROS NO SOMOS LOS MALOS. SABE QUE DESDE EL MOMENTO DEL PECADO ORIGINAL ESTAMOS BAJO LA INFLUENCIA DE LA FUENTE DEL MAL – SATANÁS. DIOS CREE EN NOSOTROS y sale a buscarnos. Nos dio el libre albedrío (nos ama tanto que no nos obliga a hacer nada), así que la decisión es nuestra, nos deja decidir si queremos salir a Su encuentro. CREEMOS EN ÉL y LE escuchamos. Dios lucha por nosotros desde hace siglos. Superaremos la otra mitad del camino para encontrarnos con Él y finalmente vencer a satanás junto con Dios, hombro con hombro. A menudo, en lugar de ayudar, hacemos más difícil que Dios luche por nosotros. POR SUERTE, NUNCA SE DARÁ POR VENCIDO CONMIGO O CONTIGO. Él sólo está esperando una señal tuya. Él se encargará del resto, derrotará al mal. ÉL ES NUESTRO PADRE Y NOSOTROS SOMOS SUS HIJOS E HIJAS. Ningún padre deja a un hijo necesitado, mucho menos Dios Padre, que es Amor, tres veces santo, enemigo de satanás, el Padre cuyos hijos están sufriendo.
Una vez que nos hemos confesado, debemos mantenernos el mayor tiempo posible sin pecado. Nuestra salvación en la posterior lucha es participar en la Santa Misa (preferiblemente tan a menudo como sea posible) y recibir la Eucaristía, la segunda mayor arma es el Santo Rosario, la tercera la lectura de las Santas Escrituras, y la cuarta es confiarse a Jesús a través de las manos de María. Además, el ayuno tiene un gran poder. Ayunar puede detener el castigo de Dios.
PARTICIPACIÓN EN LA MISA Y RECEPCIÓN DE LA EUCARISTÍA
Catalina Rivas, la mística a la que le fue revelada, da testimonio de lo que sucede exactamente durante la Misa. Está descrito en el «MISTERIO DE LA SANTA MISA». Solo diré que es algo increíble. Durante la Misa, los dos mundos – el visible y el invisible – comienzan a interactuar el uno con el otro. Cuando leáis el testimonio de Catalina Rivas, ya nunca os aburriréis en la Misa.
La Eucaristía nos fue dada por el mismo Jesús durante la última cena. Elimina nuestros pecados veniales. Debería tomarse preferiblemente todos los días o, al menos, una vez a la semana. Quienquiera que la reciba con fe en que es el cuerpo de Jesucristo recibirá la vida eterna. Jesús, que siempre nos dice la verdad, lo dijo él mismo.
Juan 6, 32-65
Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: No es Moisés el que os ha dado el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «¡Señor, danos para siempre este pan!» Jesús les dijo: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero ya os dije: Aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí, y el que venga a Mí no lo rechazaré, porque he descendido del cielo no para hacer mi voluntad, sino para hacer la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad de Quien me envió: que de todo lo que Él me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna. Y yo mismo lo resucitaré en el día final».
Por eso los judíos murmuraban de Él, porque había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo». Y decían: «¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: «Yo he descendido del cielo?»». Respondió Jesús y les dijo: «¡No murmuréis entre vosotros! Nadie puede venir a mí, si
el Padre que me ha enviado no lo atrae. Escrito está en los Profetas: Y todos serán discípulos de Dios. Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a Mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que viene de Dios, éste ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: El que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida.
Vuestros ancestros comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá por los siglos de los siglos. Y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne». Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y no bebéis Su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y Yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en Mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por Mi. Este es el pan bajado del cielo, no es como el que tus ancestros comieron y murieron. Quien come de este pan, vivirá por los siglos de los siglos». Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaún.
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuándo veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es el que da vida, el cuerpo no sirve para nada. Las palabras que Yo os he dicho son espíritu y vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho: Nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre».
REZO DEL SANTO ROSARIO
El rosario es un arma poderosa en la lucha contra satanás. A algunas personas les ayuda rezar la décima parte del rosario, otras una parte, y otras (como yo) todo el rosario. Intento rezarlo todos los días.
El diablo odia a la Santísima Virgen María y tiene miedo de la oración del rosario. ¿Sabíais que el rosario tiene 150 cuentas sobre las que rezamos cuando rezamos el «Ave María»? Esto es igual al número de kilómetros que María caminó con Jesús en su vientre justo después de la Anunciación para visitar a su pariente Isabel y bendecirla a ella y a San Juan Bautista. Cada cuenta nos acerca a María. Muchas veces he sentido que, al rezar todo el rosario, durante las 3 partes (en su mitad o al final) María se me apareció a mi lado. Lo siento a menudo, especialmente si realmente me concentro en la oración y me mantengo concentrada hasta el final. Sólo cuando ella está a mi lado no tengo miedo de que satanás me tiente a pecar. Satanás lo hace a menudo, por sorpresa,
cuando pierdo mi vigilancia por un segundo, o por engaño. Siempre tienes que estar alerta, porque no se sabe si en un segundo alguien cercano a ti o un extraño no te usará para inducirte a pecar, es decir, venganza, mala palabra o pensamiento, pérdida de fe. SIEMPRE DEBES ESTAR ALERTA.
El Rosario es un escudo poderoso y un arma que se nos da a nosotros, el hombre, para la batalla final que se libra en este momento contra satanás. ¡María, que vencerá a Satanás, nos llama a todos a rezar el rosario todos los días!
Durante los exorcismos sobre Anneliese Michel, un demonio, cuando se le preguntó a qué tenía más miedo, se ahogó: «el rosario porque es un arma poderosa contra satanás y todos los demonios». Satanás admitió que el rosario lo aplasta. Durante el exorcismo, gritaba: «quítalo, quítalo, ¿no ves que me está aplastando? ¡Se me salen las tripas!». Otro demonio al ver el rosario, dijo: «Esa maldita cadena con una cruz en su extremo».
El Padre Pío de Pietrelcina dijo: «Satanás se esfuerza por destruir esta oración, pero nunca tendrá éxito: es la oración de Aquel que triunfa sobre todo y sobre todos. Fue Ella quien nos la enseñó, así como Jesús nos enseñó el Padre Nuestro».
Durante un exorcismo, satanás dice: «Si todos lo supieran, me destruirían en una fracción de segundo.»
Tenemos un arma así en nuestras manos, ¡y mucha gente no la usa! Nada pasa porque sí. ¡Ayudemos a María y ayudémonos a nosotros mismos! ¡Cojamos los rosarios y a luchar! Alejemos a satanás de nosotros y de nuestras familias; echémoslo de este planeta. Mostrémosle lo que podemos hacer y no dejemos que se apodere de nuestras almas y del mundo entero. No dejemos que juegue con nosotros como si fuéramos marionetas. Después de todo, somos quienes somos – los hijos de Dios Todopoderoso. Deberíamos ir con la cabeza alta, no guiados por ese perdedor. Y mientras tanto, juega con nosotros como quiere. Enseñémosle cuál es su sitio. Cuanto más recemos, más rápido lo derrotaremos. Con María somos más fuertes. EXCEPTO LA SANTA MISA NO HAY UNA ORACIÓN MÁS PODEROSA QUE EL ROSARIO.
LECTURA DE LAS SANTAS ESCRITURAS Y CONFIANZA EN LA PALABRA
Las palabras de las Sagradas Escrituras sanan todas las enfermedades del alma y del cuerpo. Jesús es la Palabra. Jesús es la Palabra que sana y libera del mal, tal como lo hizo durante Su vida en la tierra.
Mt 8,16 «Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados. Él con una sola palabra expulsó a los espíritus [el mal], y sanó a todos los enfermos.»
Mt 9, 35 «Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.»
Las Sagradas Escrituras son como un chat entre nosotros y Jesús. Formulas una pregunta. Abres al azar las Sagradas Escrituras. Lees la respuesta de Jesús. Y listo. En realidad, así es. Preguntémosle a Jesús sobre todo lo que hay en nuestro corazón. Él vive de verdad y las Sagradas Escrituras son su comunicador con nosotros.
Satanás hará todo lo posible para que no leamos las palabras de Jesús, porque sabe que nos devuelven la dignidad y nos dicen cómo salir del bucle satánico. Satanás odia las Sagradas Escrituras. Las teme. Tiene miedo de la verdad que hay en las Sagradas Escrituras. Tiene miedo de que sepamos la verdad sobre nosotros. Pensadlo por un segundo. Si el que nos hace caer, nos oprime y envenena nuestros corazones con el mal, teme que hagamos algo, ¡entonces debemos hacerlo! Aunque no entendamos todo lo que está escrito, debemos leer a pesar de satanás. Llegará el día en que lo entendamos. Es bueno que le pidamos antes al Espíritu Santo que nos ayude a entender lo que leemos. Jesús nunca nos mintió y nunca nos mentirá a ninguno de nosotros. Él es todo Verdad. La antítesis de satanás, el mentiroso.
Pero esto es solo el comienzo del camino. María en Caná, antes de transformar el agua en vino, dijo: «Haced todo lo que os diga». Cuando hayamos «oído» la respuesta de Jesús, qué debemos hacer para resolver nuestro problema, debemos hacer todo lo que Él nos aconseja. No debemos cambiar nada por nuestra cuenta. Hay que hacer todo exactamente como Él nos ha dicho. De esta forma, nuestros problemas se resolverán. Por lo general, tenemos nuestro propio plan de vida, que también contempla cómo afrontar los obstáculos. Pero la próxima vez que tengas un problema, confía en este «método», déjaselo a Jesús, que Él maneje toda la situación. Verás cómo te guía a través de este laberinto de problemas con una precisión maestra. PERO TIENES QUE CONFIAR EN ÉL HASTA EL FINAL EN CADA ETAPA DEL ASUNTO. Incluso si tuvieras una idea distinta en tu cabeza. No dejará que te hagan daño. Es nuestro mejor amigo. Si confías en un amigo terrenal, puedes confiar aún más en Jesús. Él nunca te abandonará con tu problema. Él mismo nos lo prometió.
Y la prueba de ello son sus propias palabras. Jesús se las dictó al Padre Dolindo Ruotolo en la década de 1940. «Tus oraciones no tienen tanto peso como este acto de total confianza hacia mí, recuérdalo bien. No hay novena más eficaz que ésta: ››Oh Jesús, me entrego a ti. Jesús, ocúpate de todo‹‹. Cuando veas que el asunto se complica, di en tu alma con los ojos cerrados: ›› Jesús, ocúpate de todo ‹‹Hacedlo, todos vosotros, y veréis grandes, incesantes y silenciosos milagros”.
Jesús también nos dijo que dijéramos estas palabras: „¿Por qué estáis confundidos y preocupados? Dejad que yo me encargue de vuestros asuntos. Todo se calmará. Os digo que cada acto de confianza en Mí da más de lo que quieres para resolver situaciones dramáticas. Confiarte a Mí no significa suspiros, angustia o desesperación,
para finalizar con una inquieta oración para que os sirva. Confiar en mí es convertir la ansiedad en oración; cerrar tranquilamente los ojos del alma, distraer los pensamientos de ansiedad y entregarme para que pueda actuar, y decir: ››Piensa en ello, Señor‹‹. Lo opuesto a confiar en mí es la ansiedad constante, los pensamientos constantes sobre las consecuencias de lo que ocurre. Los niños esperan que las madres piensen en sus
necesidades, pero a menudo con sus ideas infantiles e inmaduras interfieren con las obligaciones de las madres. Cerrad los ojos y dejad que os guíe la corriente de mi gracia. Cerrad los ojos y no penséis en lo que es ahora; no penséis en lo que será. Descansad en Mí, creyendo en Mi bondad. Y os lo juro por mi amor, que si decís: ››Piensa en ello, Señor‹‹, pensaré en vosotros, os consolaré, os liberaré y os guiaré. Y si os conduzco por otro camino que no veis, os prepararé y no permitiré que estéis fuera de mis brazos. Y lo conseguiréis como niños durmiendo en brazos de sus madres al otro lado. Lo que os oprime y os duele es vuestro razonamiento, vuestros pensamientos, vuestra persistencia y vuestro deseo de superar lo que te preocupa a toda costa con vuestras propias fuerzas.
¡Estas son palabras del mismo Jesús! ¡Así que hagamos lo que Él nos dice! Confiemos en él en nuestra pobreza. Dejémosle nuestros problemas a Él. Él se encargará de ellos. Creamos en Él y dejemos que Él nos guíe con seguridad y hacia la mejor meta para nosotros.
Convirtámonos y creamos en el Evangelio. Cambiemos nuestra forma de pensar en nosotros mismos, en Dios y en los demás, dejemos de tener miedo y creamos en Jesús hasta el final. Jesús quiere que por fin dejemos de tener miedo de ser buenos. Porque así hemos sido creados: buenos Quiere que veamos que nuestro Dios Padre es bueno y creó un mundo bueno para nosotros. Si creemos en las palabras del Evangelio, vivimos conforme a ellas, no debemos tener miedo de nada, Jesús nos agarrará de la mano y nos guiará donde estemos mejor. Finalmente, al Reino de los Cielos.
Todo lo que Jesús nos pide es que le creamos, que nos ama y que nunca nos dejará solos a mitad de camino. Jesús pide nuestra confianza.
CONFIARSE A JESÚS A TRAVÉS DE LAS MANOS DE MARÍA
María en los últimos días derrotará a satanás. Asumió dicha misión en nombre de Dios. Satanás, incapaz de hacer nada malo a María porque Ella es la Inmaculada, nos atacará a nosotros, Sus hijos. Por este motivo, el lugar más seguro para nosotros sería junto a María. San Luis María Grignion de Montfort creó un programa que nos prepara para el acto de confiarnos a Jesús a través de las manos de María. De esta forma, nos entregamos a Jesús en la esclavitud del amor. Satanás hará todo lo posible para evitar que creáis en vosotros mismos. Yo misma lo experimenté, durante mis oraciones recitadas en el programa y el mismo día de la firma del documento. No desistió hasta el último minuto, sirviéndose de otras personas. Sólo con María estaremos a salvo y satanás lo sabe.
LA GUERRA ESTÁ EN MARCHA Y NO SE LIBRA EN LAS CALLES.
LA BATALLA MÁS IMPORTANTE SE LIBRA EN NUESTROS CORAZONES Y POR NUESTROS CORAZONES.
Nuestros libres y buenos corazones son lo único que satanás quiere destruir en nosotros. DEFENDÁMOSLO A CUALQUIER PRECIO, incluso si perdemos todo a los ojos del mundo, todo lo que es temporal y realmente no tiene sentido.
Nuestra meta es algo de un valor incalculable – la salvación. SATANÁS AÚN QUIERE DEMOSTRARLE A DIOS QUE NO MERECEMOS LA SALVACIÓN. No perdamos nuestra oportunidad de la felicidad eterna.
A ninguno de nosotros se nos permite ser un enemigo de otro ser humano, SATANÁS ES NUESTRO ENEMIGO, NO OTRO HOMBRE. Ni siquiera es hombre bajo la influencia de satanás. Necesitamos ver más allá, ver con el corazón lo que se oculta a nuestros ojos. El verdadero enemigo es invisible a nuestros ojos.
SATANÁS NOS DA UNA FALSA IMAGEN DE LOS OTROS HOMBRES. Mete la mentira en nuestras cabezas, nos cuenta opiniones sobre otras personas en nuestros pensamientos, inyecta en nuestros corazones una falta de confianza en otras personas, de las que con frecuencia no sabemos nada. Satanás nos enseña falsos escenarios de acontecimientos, p. ej., que alguien nos hará daño o nos engañará, que alguien nos juzgará mal. Intenta obligarnos a juzgar al otro hombre de inmediato. Mediante la mentira, quiere dividirnos de inmediato. En realidad, sólo Dios nos conoce. Nosotros mismos no conocemos toda la historia de otro hombre. ¡Nunca juzguemos ni valoremos a nadie! Cuando sientes en tu corazón que empiezas a juzgar a alguien, significa que satanás te está atacando. Entonces reza para que el demonio no alcance tu corazón.
PERDONÉMONOS A NOSOTROS MISMOS Y A LOS DEMÁS. ES LO MÁS IMPORTANTES. De lo contrario, estaremos permanentemente con satanás, el acusador del hombre. La falta de perdón en tu corazón es satanás en tu corazón. Si no podemos perdonar, recemos para que nos sea dado. Seguro que así será. Dios quiere que tengamos los corazones libres de falta de perdón, así que nos escuchará. El hombre que nos hace daño es SOLO una herramienta esclava en la mano de satanás. ¿Tú nunca has sido esta herramienta? Aunque solo una vez has sido perdonado, perdona tú también.
Mt 18,21-22 Entonces Pedro se acercó con esta pregunta: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Hasta siete veces?» Jesús le contestó: «No te digo siete, sino setenta y siete veces.»
¡Jesús dice que SIEMPRE tenemos que perdonar!, no porque no queramos hacer daño a otra persona (aunque también importa mucho, porque somos responsables los unos de los otros), sino porque no queremos hacernos daño a nosotros mismos. Si no perdonamos, nos convertimos en ese mismo momento en colaboradores de
satanás, el acusador de la raza humana ante Dios. Satanás es nuestro enemigo, y no ese hombre – tan pecador como nosotros. Si no perdonamos, es como si estuviéramos dando a satanás material para sus acusaciones contra nosotros ante Dios. Satanás quiere demostrarle a Dios que no vales nada porque no puedes perdonar. Este hombre, utilizado por satanás, es sólo una herramienta para que tú reveles tu naturaleza pecaminosa como represalia. Por tus propias manos, por tu falta de perdón quiere condenarte Es toda la perfidia satánica. Así es como te flagelas con tu propio látigo.
Satanás quiere dividirnos, separarnos y tenemos que mantenernos unidos contra él. Tenemos que luchar juntos por nosotros mismos. En términos humanos, hierve una rebelión en nosotros. Queremos defendernos atacando a otro ser humano. Debemos «romper» este patrón de conducta. Defendámonos nosotros mismos, defendiendo
a este hombre del ataque de satanás. Es satanás el que está entre nosotros. Es nuestro único enemigo. Hay que decir „¡STOP!”, para, no le des al diablo ninguna satisfacción. En el momento del ataque por parte de otro ser humano, tienes que empezar a rezar inmediatamente por el que nos está lastimando para cortar el camino de satanás a su corazón. ASÍ DEBERÍAMOS HACER SIEMPRE CONTRA LOS QUE NOS OFENDEN. DAR A DIOS TODO LO QUE VIENE DE ESA DIMENSIÓN. Deja que Él se ocupe de todo, nuestro Padre. Nosotros somos podemos rezar. Podemos perdonar de inmediato. No hay otra „forma”.
Jesús aconsejó a la hermana Faustina: «Después de las penas que has sufrido, piensa en lo que puedes hacer con la persona que te ha infligido ese sufrimiento». La bendición rompe la maldición. Destruye el mal con el que satanás quiere envenenar tu corazón. No debemos responder al mal con mal. Alguien te hace daño – bendito sea, reza por él. Pon a este hombre bajo la protección de Dios. Que Dios trate con Sus demonios para que no gobiernen a este hombre. Demuéstrale a satanás que no vas a continuar con esta ola de maldad. Detén esta ola con una bendición. No dejes que Satanás se alegre de haber entrado en tu corazón. Y recuerda, satanás no se rinde tan fácilmente. Seguro que volverá, pero no ganará tu corazón si perdonas 77 veces, es decir, siempre. No tienes que tener miedo de perdonar. Dios te ama tanto. Eres Su hijo amado. Él todo lo ve y todo los oye. Que esta conciencia te dé fuerza y elimine las dudas en momentos de lucha.
No importa cuánto lo intentemos, caeremos, porque todos estamos infectados con el mal. Podemos tener una mala reacción con otro ser humano. Podemos ser a la vez verdugos y víctimas. Y de esta forma el mal circula entre nosotros. ¡PERO NO DEJEMOS QUE EL MAL CONTROLE NUESTROS CORAZONES! Si sufrimos una caída, debemos recibir la Eucaristía o ir a la Confesión (obligatorio y lo antes posible en caso de pecado mortal).
HAY QUE ESTAR SIEMPRE ALERTA. En el momento del ataque, no podemos reaccionar con agresividad o defensa, debemos rezar por un hombre con un demonio en su corazón. Es ese demonio el que nos ataca. Cuando nos defendemos de su ataque no perdamos la vigilancia, porque en un segundo este mismo demonio u otro diferente
puede intentar acercarse a nosotros desde otro lado. Satanás es muy paciente y nos conoce desde niños. Sabe cómo podemos reaccionar en una situación concreta, conoce nuestras debilidades, nuestros «puntos calientes». Nosotros también debemos ser pacientes y perseverantes, no nos rindamos, no cedamos a la impaciencia. Démosle a Dios todo lo que hay en nuestros pensamientos Recemos por nosotros mismos y por este hombre a la Santísima Virgen María y a San Miguel Arcángel, invoquemos el nombre de Jesús. También ayuda citar cualquier versículo de las Santas Escrituras. Debemos simpatizar con nuestro verdugo que no sabe que está bajo la influencia de un demonio. Todos nosotros caemos. No es de extrañar, ya que estamos siendo atacados continuamente por demonios. Cada uno de nosotros merece la comprensión de aquellos a los que hemos herido.
RESPETEMOS RADICALMENTE EL DECÁLOGO. Si sentimos que cualquier pecado está arraigado en nuestros corazones, combatamos contra él. ¡En esto no podemos hacer la vista gorda! Debemos arrancar de nuestro corazón cada pecado como si fuera una mala hierba. Si seguimos confesando los mismos pecados, significa que no hemos cumplido los 5 pasos de la Santa Confesión – la Expiación para hacer a Dios y al prójimo. Hasta que no lo hagamos, repetiremos nuestros pecados.
VELEMOS CADA DÍA POR LA PUREZA DE NUESTROS CORAZONES, PARA QUE NO CAIGAMOS EN EL «GANCHO» DE SATANÁS. Él todo lo ve y todo lo oye, y utilizará nuestro pecado contra nosotros en el momento menos apropiado. Purifiquémonos en el sacramento de la penitencia y de la reconciliación. Pureza = libertad y falta de miedo.
HEMOS SIDO CREADOS PARA EL BIEN Y PARA LA LIBERTAD DE CORAZÓN. NO DEJES QUE EL MAL LO ENVENENE O LO ESCLAVICE. No es una batalla fácil, pero quien persevere hasta el final en respetar los mandamientos de Dios, no pierda la esperanza y crea en la misericordia de Jesús se salvará.
EL PAPA JUAN PABLO II NOS LLAMÓ: «NO TENGÁIS MIEDO, ABRE LA PUERTA A CRISTO.»
ESCUCHEMOS SU PALABRA Y ABRAMOS LA PUERTA DE NUESTROS CORAZONES A JESÚS. QUE PREVALEZCA EN NUESTROS CORAZONES. QUE NUESTROS CORAZONES SE UNAN A SU CORAZÓN. PARA NOSOTROS LA ÚNICA SALVACIÓN.
DIOS ESTÁ CON TODOS NOSOTROS EN UN SOLO ESPÍRITU SANTO.
Os quiero a todos. Nunca me hubiera esperado estás experiencias en mi vida. Entendí que todo me había sido revelado por «algo». Entendí que no podía guardarme esta experiencia para mí misma. Quiero y creo que Dios también quiere que todos sepamos la VERDAD. Todos merecemos saber la verdad. TENEMOS DERECHO A SABER QUIÉNES SOMOS Y QUÉ SOMOS REALMENTE. EL DESEO DEL BIEN ES EN NOSOTROS. La misma verdad nos comunicó Jesús cuando caminó por nuestra Tierra.
Convirtámonos y creamos en el Evangelio. Que el deseo del bien que hay en nosotros «escrito» cambie este mundo.
Si sentís esta verdad en vuestros corazones, compartidla con los demás. Todos nos lo merecemos. Por favor, seguid transmitiendo este testimonio. Es un testimonio sobre nosotros.
Dorota Kępa
Complemento al Testimonio:
He experimentado el milagro en mí misma.
Dios me dio la gracia de mirarnos a nosotros, las personas, y a nuestro mundo «terrenal» a través de Sus ojos.
Recuerdo que, al día siguiente tras el milagro, cuando iba a trabajar y me cruzaba con la gente por la calle, sólo pensaba en ellos: „Espíritu”, „Hijo de Dios”. Sentía en mi corazón un gran amor por la gente, un amor sin límites y una gran paz en mi corazón. Es como si Dios quisiera mostrarme cuánto nos ama. Entendí que nos ama a todos, a cada uno de nosotros, sin excepción, nos ama por igual. Todo ser humano, sin excepción, tiene idéntico valor para Él. A Sus ojos, ningún hombre vale más que otro. Cuando miraba a otras personas, sentía en mi corazón la gran sensibilidad que siente un padre cuando mira a su hijo.
Dios me permitió experimentar aún algo más. Como si al día siguiente del milagro sintiera en mi pecho, como si hubiera un gran vacío con bordes dolorosos, así más tarde esta sensación desapareció y apareció otra cosa. Sentí en mi misma una dimensión diferente, sentí una esfera celestial en mi pecho, escuché la voz de Dios en mi corazón. Una experiencia increíble que duró varios meses. Un día, perdí este cielo en mí misma. Físicamente, sentía que mi alma «se apagaba», se volvía negra. No sé por qué ocurrió. No sé si hice algo mal o si fue la voluntad de Dios, eso no lo sé.
Creo que esta experiencia celestial fue posible porque Dios limpió mi alma. Tal y como he descrito en mi testimonio, me volví «pura». Quería hacerme consciente de nuestra identidad humana a través de ello. Quería que mirara a la gente a través de sus ojos.
Como resultado de mi existencia en una realidad extremadamente diferente, la celestial, contemplé en todo su resplandor un extremo diferente, la realidad terrenal en la que la humanidad está atrapada. Dios «despertó» en mí los cielos y esto me hizo sensible a la realidad infernal en la que existe la gente. Sentí una gran conmoción. Es como si alguien del cielo me hubiera arrojado al propio infierno.
En mi corazón sentí un amor inconmensurable por Dios, tenía el cielo en mí, y contemplé tanta maldad a mi alrededor. No nos damos cuenta de la realidad «deformada» en la que vivimos. Nos parece que esta realidad es algo normal. Como suele decirse coloquialmente: «el mundo es lo que es y nunca cambiará». La verdad que he visto es que vivimos en una realidad infernal a la que no somos sensibles. Hemos perdido esta sensibilidad porque estamos empapados en el pecado. ¡No «sentimos» a Dios! Y Él está justo al lado. A pesar de que nos movemos, vivimos y estamos en Él, hemos dejado de sentirlo con cada célula de nuestro cuerpo. Él nos llama «¡Estoy!», pero no lo oímos. El pecado nos ha separado de Él como si fuera un cristal insonorizado. ¡Pero Él siempre está a nuestro lado! No le vemos ni le oímos, pero Él nos ve y nos oye a todos, y sufre mucho por lo que nos ha sucedido.
Sentí el corazón de Dios y contemplé a la gente a través de sus ojos.
Sentí el enorme amor y respeto del Señor por CADA hombre y, al mismo tiempo, experimenté cómo es tratado por nosotros. ¡No os dais cuenta de lo sensible que es Dios incluso al más mínimo pecado! Lo he experimentado en mi misma. De hecho, cada vez que abrimos la boca, insultamos a Dios.
Recuerdo que era tan sensible al más mínimo pecado en situaciones ordinarias, aparentemente cotidianas, que no podía «funcionar normalmente». Al ver u oír cualquier pecado, sentía como si el infierno asaltara esta esfera celestial que había en mí. Además, me sentía como si alguien sostuviera mi corazón con las dos manos, así que muchas veces simplemente no podía respirar. Me asfixiaba como resultado de este abrazo en mi corazón. Este mal atacó mi alma y mi corazón para destruirlo, para envenenarlo.
Recuerdo una situación en la que pasé por delante de dos mujeres que hablaban de alguien en la calle. Escuché tres frases de esta conversación. Nada distinto de no pareciera una conversación normal. Pero yo, como era capaz de experimentar cómo lo oye Dios, en lugar de tres frases, oí tres blasfemias contra Dios y la gente. En las tres frases, estas señoras cometieron tres pecados: pecado de orgullo, cotilleo y crítica a otras personas. Así es como Dios nos escucha ahora. Para nosotros es la más simple cotidianeidad, pero Dios es tres veces santo y existe en otros «climas», por así decirlo.
Todo comienza con el hecho de que hemos dado la espalda a Dios y nos hemos vuelto hacia otro ser humano. Hemos olvidado que es en dirección a Dios donde debemos estar de frente. No debemos concentrarnos en los demás o en nosotros mismos, sino SOLAMENTE en Dios. Él es nuestro único Dios, nuestro Alfa y Omega. Tenemos todo de Él y a Él debemos dirigirnos con todo. Él debería ser nuestro mejor vecino, confidente, amigo, médico, etc. Y mientras tanto, nos olvidamos de Él. Este es
probablemente el Dios más olvidado y nuestro Padre. Cuando tenemos un problema, llamamos a la mitad del mundo y nos olvidamos de Dios, que ya conoce la salida del problema. De hecho, sólo lo que Él quiere tiene importancia, para nosotros Él debe ser el principio y el fin de TODO, en cada asunto y cada día.
Olvidamos que lo que nosotros, la gente, quiere no importa en absoluto. Sólo lo que Dios quiere es importante para nosotros y todo depende de Él. ¿Entonces, por qué no negociamos nuestras vidas con Aquel en cuyas manos está? Creemos que nuestras vidas dependen de nosotros, y no es cierto.
Él EXISTE realmente, está a un milímetro de nosotros, todo lo ve y lo oye, espera que LO oigamos y escuchemos. ¿Cuánto tiempo debe seguir llamándonos: „¡ESTOY!”? Nos comportamos como huérfanos, como si nos hubieran abandonados y tuviéramos que ocuparnos de todo nosotros mismos, lo que no es así.
¿Sabéis cómo sufre Dios al ver lo que satán nos ha hecho? El Espíritu Santo que tenemos en nosotros mismos está ensordecido en nosotros, y cada uno de nosotros se ha convertido en esclavo de los demonios. Actuamos como una especie de marionetas sin voluntad controladas por los demonios. Así juegan con nosotros. Hemos perdido nuestra libertad como hijos de Dios, nuestra pureza. ¿Dónde está nuestro carácter divino, nuestro orgullo por lo que realmente somos? Actuamos como si estuviéramos
en una especie de ensoñación, como si fuéramos una especie de «zombies». Recuerdo que cuando me di cuenta de esta realidad, quise empezar a parar a la gente en la calle y a llamarlos: «¡Despertad ¡No os dais cuenta de QUIÉN SOIS REALMENTE!»
Realmente tenemos a Dios en nosotros. Todos lo hemos oído, pero probablemente no muchos de nosotros lo hemos sentido.
Tengo que dar testimonio de algo más. Al día siguiente, tras el milagro que ocurrió en mi vida, comencé a sentirme independiente del mundo terrenal. Como si gobernara el mundo, tuviera el control del mundo. Como si el mundo me «perteneciera». Me sentía como si estuviera «separada» de este mundo y lo mirara desde fuera, de forma objetiva. Contemplé la esencia del mundo desde fuera, no como una parte de este mundo, subordinada a él y dependiente de él. Sentí que el mundo dependía de mí, y no yo de él. Me sentía como si yo gobernara el mundo, y no él sobre mí. Es como si el mundo entero estuviera subordinado a mí. Tal vez este sea nuestro estado natural. Tal vez así es como nos sentiríamos todos si el Espíritu Santo despertara en nosotros. Experimenté esta sensación durante cerca de un mes, tal vez más.
En mi se cumplió la oración «Padre Nuestro».
Cada versículo de la oración se convirtió en mi nueva realidad.
– Padre nuestro – me sentía la hija amada de Dios, LO amaba como a mi propio padre
– que estás en el cielo – sentía el cielo en mí misma, oía en mí misma la voz de Dios que venía de este cielo
– santificado sea tu nombre – dándome cuenta de cuánto amor el Padre Celestial me ha concedido, despertó en mí una reacción hacia Él. Cuando te das cuenta de que siempre has tenido un Padre amado, a quien has hecho daño tan a menudo, y cuyo amor ahora experimentas, un gran amor despierta en ti. Quieres hacer todo para no causar más dolor o daño a Su corazón. No quieres causarle tristeza o sufrimiento. Quieres sentir para siempre este amor celestial del Padre y por el Padre. Ves cuánto dolor LE has causado a través de los años y Él todavía te ama y no puede soportar verte esclavizado por el mal. Alababa el nombre de Dios no por miedo, obligación o por ser católico, sino por un amor puro al Padre Celestial.
– venga a nosotros tu reino – mientras experimentaba el amor, la libertad celestial, el cielo dentro de mí y el infierno a mi alrededor, llamé al Padre para que viniera y terminara esta pesadilla en la que la humanidad está atrapada
– hágase tu voluntad – entendí que sólo Dios puede librarnos de este infierno. Sólo sometiéndonos a Su voluntad recuperaremos nuestra libertad. Nuestra voluntad humana y nuestro ego es nuestro camino al infierno. Si escuchamos nuestra voluntad y no la voluntad de Dios, no encontraremos el camino al cielo. Si escuchamos a Dios, Él nos guiará hacia Él. Es simplemente nuestra realidad.
– en la tierra como en el cielo – así quería que la gente experimentara este cielo en sí misma. El cielo que yo sentía. Rezaba para que el Señor viniera y cambiara este mundo, acabará con este infierno en el que vivimos.
– danos hoy nuestro pan de cada día – me sentía libre. Estaba libre de preocupaciones, sin pensar en el día de mañana. Era tan enorme la certeza de que el Padre está a mi lado y ya no tengo que luchar por nada, no tengo que preocuparme por nada. Él me alimenta, me viste, se ocupa de todas las necesidades, incluso de las más pequeñas. Me sentía como un niño en sus brazos protectores.
DESAPARECIERON TODAS LAS PREOCUPACIONES. ERA TOTALMENTE LIBRE Y FELIZ. Solo quedó la paz y la alegría de vivir. Cada día experimentaba tantos pequeños milagros que el Padre hacía en mi vida, preocupado por mi
– perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden – me di cuenta de que cada persona está poseída por el mal, es un esclavo de los demonios. Entendí que quienquiera que me hiciera daño era en realidad una víctima del mal y debía tener compasión de él. Comprendí que el estado «celestial» del alma es nuestro estado natural (original), aunque todo pecado es resultado de un defecto que hay en nosotros. No tenemos que envenenarnos por la falta de perdón hacia el que «enferma» por el pecado. Comprendí que sólo cuando se tiene conciencia del inmenso
amor de Dios no tiene miedo a perdonar, porque sabe que perdonando no pierde nada. Nuestro Padre lo ve todo y siempre nos ama igual, aunque nuestro hermano o hermana nos cause dolor. Entendí que Dios no aprueba que nadie nos haga daño. Pero no tenemos que reaccionar al mal con mal. No hay necesidad de ello, porque el Padre convertirá todo mal que venga a nosotros, y al que respondamos con bien, en un bien mayor para nosotros. Así funciona. Lo experimenté todos los días.
– y no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal – el Papá del cielo a veces nos pone a prueba. Lo hace cuando vamos por mal camino. Quiere despertarnos. Quiere que experimentemos nuestras debilidades y contemplemos nuestras debilidades que pueden conducirnos a la perdición eterna. El poder se refuerza con la debilidad. Cada prueba es una señal del amor de Dios por nosotros y una prueba de que Él no nos pierde de vista y que Él vela por nosotros para que no nos perdamos. Él corrige nuestros caminos equivocados.
El Reino de los Cielos y el reino de satanás
– El Reino de los Cielos es el reino de la libertad e igualdad de todos los hombres ante Dios.
– El reino terrenal (satánico) es el reino de la esclavitud – explotación material y esclavitud espiritual por los demonios.
– Dios respeta increíblemente a cada hombre, a sus hijos. Él nos da todo gratis – material y espiritualmente.
– Realidad terrenal – el hombre es un número, un engranaje de la máquina del mal, alguien que debe aumentar su «eficacia» en esta máquina; una marioneta controlada por el demonio, no consciente de quién es realmente, engañado por una falsa felicidad en forma de casa a crédito, coches a crédito, empresas a crédito, vacaciones a crédito, etc.
– Realidad celestial – Dios nos ama exactamente como somos. Él nos hizo así. No tenemos que cambiar ya que para el propio Dios ya somos ideales. Para el propio Dios ya somos «Lo más…». Al fin y al cabo, salimos de sus manos.
– Realidad infernal – se nos dice que debemos cambiar para satisfacer las expectativas de otro hombre. Fijaos, no de Dios, ¡sino de otro hombre! Debemos ser los mejores – los más rápidos, los más bellos, los de más talento, los más trabajadores y eficaces, los más ricos, los más…, más…, más…, más… Nuestro orgullo nos dice que todo depende de nosotros, pero la verdad es distinta – todo lo que tenemos no depende de nosotros, no es más que una gracia inmerecida y un don de Dios (o en algunos casos de satanás). Toda comparación entre personas no tiene sentido.
La Tierra está gobernada por una civilización de hienas. El que más hable de sí mismo, gana. Al menos eso es lo que piensa. ¿No sois conscientes de cómo sufre nuestro Padre cuando ve nuestra esclavitud y degradación? ¡Cuánto sufre cuando nosotros, sus hijos, nos peleamos por una rebanada de pan! Él quiere darnos todo, nos da una receta para la felicidad, y nosotros, atontados por el mundo de hoy lleno de orgullo, no la vemos. A Dios no lo vemos y no lo escuchamos. Actuamos como huérfanos que tenemos que luchar cada día «por encima de nuestros cadáveres» por existir. ¡Mientras que realmente
no tenemos que luchar por existir!
Por favor os pido que lo penséis por un momento. El Reino de los Cielos es el reino de la felicidad. Su gobernante nos dice lo que necesitamos cambiar si queremos que la paz prevalezca también en la Tierra. Y nosotros lo ignoramos y, lo que es más interesante, acusamos a Dios de no hacer nada más que mirar este infierno en la Tierra.
Dios ya nos ha dicho lo qué tenemos que hacer. Tenemos que cambiar nosotros mismos – convertirnos, confesarnos (para protegernos de los demonios). Sólo con un corazón puro podemos escuchar la voz de Dios y no ser influenciados. Deberíamos rezar mucho, volver al principio.
¡Dejemos de luchar por una rebanada de pan, Dios quiere darnos mucho más!
Los actuales sistemas políticos y económicos crean deliberadamente una realidad tan malvada que el hombre pierde la verdadera dignidad de hijo de Dios. Tratan de confundirnos, de que discutamos y humillarnos. Tenemos que olvidar quiénes somos realmente y no tenemos tiempo para darnos cuenta.
YO YA SÉ QUIÉNES SOMOS REALMENTE. Fui consciente de ello al llegar este milagro a mi vida.
¿No os dais cuenta de QUIÉNES somos? ¡Somos realmente SUS hijos! Tenemos en nosotros Su Espíritu – ¡el Espíritu Santo! ¡Nuestros cuerpos ocultan al propio Dios! Fuimos creados para ser libres ante nuestro Padre. Toda civilización que destruye la dignidad humana, nos esclaviza de cualquier manera, vuelve al hombre contra el hombre, viene de satanás y ¡debe ser extinguida de raíz!
Si pensáramos en el mundo como un matrix creado por el mismo Dios, habría que tratar el pecado como un error en este matrix El pecado es una falsificación, un error en la realidad terrenal deseada por Dios. Cada vez con más frecuencia tratamos el pecado como algo normal, estamos acostumbrados a pecar. Mientras tanto, el pecado era y sigue siendo un DEFECTO en el matrix original, y no la norma. Sería como un «ERROR DEL SISTEMA». Dios mirando este matrix desde arriba, ve todos los «errores del sistema» como si los tuviera en la mano.
Satanás, que nos seduce con un pedazo de oro, metal, plástico nos conduce a tal valor: oro, metal y plástico.
¡SOMOS HIJOS DEL MISMO DIOS! – ¿SE PUEDE SOÑAR CON ALGO MÁS QUE SER HIJO DEL CREADOR DEL UNIVERSO? Esta es la única realidad verdadera, tan difícil de ver para nosotros. ¡Es como si un esclavo descubriera que es el hijo del gobernante del universo! Me ha permitido conocer y sentir la verdad, y quiero que todos lo sepan.
No entreguemos nuestras almas y cuerpos por oro, metal y plástico. No nos hagamos esclavos. NO ES PARA ESO PARA LO QUE HEMOS NACIDO, PARA SER ESCLAVOS DE SATANÁS.
Cuando el milagro ocurrió en mi vida, en mi corazón, sentí el profundo respeto y amor de Dios por el hombre. De esto proviene todo lo demás, la verdadera libertad y felicidad.
¡ESTE ES NUESTRO FUTURO! Sin guerra, cataclismos, hambre, SOLO DIOS – nuestro verdadero Padre.
Despertemos de ese marasmo en el que estamos atrapados. Hagamos lo necesario para traer a Dios a nuestro mundo, por nosotros y por nuestros hijos. Que nuestros hijos vivan una vida libre, rodeados de respeto y verdadera felicidad.
Convirtámonos y creamos en las palabras del Evangelio. Todas las herramientas para el cambio están en nuestras manos. ¡No necesitamos nada más! Que os sirva de ejemplo mi historia. Basta con:
1) Confesarse. Mi confesión tras 2 años de no asistir a misa «inició» el milagro.
2) Recibir la Eucaristía. LA EUCARISTÍA ES REALMENTE JESÚS VIVO. Como resultado de este milagro, me hice muy sensible a la presencia del Espíritu Santo y de Jesús. TRAS RECIBIR LA EUCARISTÍA, SIENTO QUE EL ESPÍRITU SANTO ME LLENA COMO SI ESTUVIERA ENTRANDO EN MI CORAZÓN.
3) Rezar -no por obligación, sino para mostrar nuestro amor hacia Dios. Fuimos creados para recibir el amor de Dios y mostrárselo a través de la oración. LA ORACIÓN ES EL CAMINO de conexión con Dios. Yo recé durante varios días antes del milagro en mi vida. REZABA MUCHO A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA. ELLA ES LA INTERMEDIARIA DE TODAS LAS GRACIAS Y ES GRACIAS A ELLA QUE HE EXPERIMENTADO ESTAS GRACIAS EN EL MOMENTO DEL MILAGRO.
4) Leer las Sagradas Escrituras. Sus palabras borran nuestros pecados veniales, cierran las puertas abiertas de nuestros corazones a satanás, nos sanan, y nos muestran la verdad acerca de quiénes somos realmente y hacia dónde vamos.
5) Rezar el rosario. Es nuestra arma para nuestros días, cuando satanás quiere finalmente destruirnos.
6) Ayunar a pan y agua.
7) Confiarse a Jesús a través de las manos de María, la vencedora de demonios.
Nuestro Padre realmente vive. Es Todopoderoso, es verdad, pero también es el Padre más amado y tierno del universo. Con todo podemos acudir a Él, decirle todo, lamentarnos por todo. Tan solo no finjas ser alguien que no eres. La honestidad por encima de todo.
Vale nuestro más sentido amor. Su tierno y sensible corazón sufre mucho por nuestra esclavitud al pecado. Traigamos alivio a Su corazón. Hagamos algo por Él – para variar.
Escuchemos Su consejo paternal. Amémonos y dejemos que el amor nos muestre la nueva dirección, que dirija a nuestras familias, sociedad y todo el mundo. Todo lo que se oponga al amor y al respeto por los demás, que se aleje de nuestros corazones y de la realidad que nos rodea.
Que el amor a Dios y a los demás sea el objetivo y la prioridad más importante de nuestra existencia en la Tierra. Deja que traiga el mundo de vuelta a su camino correcto.
ÚNICAMENTE EL AMOR NOS SALVARÁ.
Id con Dios.
Dorota Kępa
LA PROFECÍA DE EZEQUIEL SOBRE ISRAEL (POLONIA)
36.1 Tú, hijo de hombre, profetiza contra los montes de Israel y diles: “Montes de Israel, escuchen la palabra del Señor.
2 Así dice el Señor omnipotente: El enemigo se ha burlado de ustedes diciendo: ‘Las antiguas colinas ya son nuestras’ ”.
3 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “A ustedes los han asolado y arrasado por todas partes; se han convertido en posesión del resto de las naciones, y además han sido objeto de burla y de insultos por parte de la gente.
4 Por eso, montes de Israel, escuchen la palabra del Señor omnipotente. Así habla el Señor omnipotente a los montes y a las colinas, a los torrentes y a los valles, a las ruinas desoladas y a los pueblos deshabitados, saqueados y escarnecidos por los pueblos vecinos.
5 Esto dice el Señor omnipotente: En el ardor de mi celo me he pronunciado contra el resto de las naciones y contra todo Edom, porque con mucha alegría y profundo desprecio se han apoderado de mi tierra para destruirla y saquearla”.
6 Por eso, profetiza contra Israel, y adviérteles a los montes y a las colinas, a los torrentes y a los valles, que así dice el Señor omnipotente: “En mi celo y en mi furor he hablado, porque ustedes han sufrido el oprobio de las naciones.
7 Por eso, así dice el Señor omnipotente: Juro con la mano en alto que las naciones vecinas también sufrirán su propia deshonra.
8 ”Ustedes, en cambio, montes de Israel, echarán ramas y producirán frutos para mi pueblo Israel, porque ya está por regresar.
9 Yo estoy preocupado por ustedes, y los voy a proteger. Ustedes, los montes, volverán a ser sembrados y cultivados,
10 y multiplicaré al pueblo de Israel. Las ciudades serán repobladas, y reconstruidas las ruinas.
11 Sobre ustedes multiplicaré a los hombres y animales, y ellos serán fecundos y numerosos. Los poblaré como en tiempos pasados, y los haré prosperar más que antes. Entonces sabrán que yo soy el Señor.
12 Haré que mi pueblo Israel transite por el territorio de ustedes. Él te poseerá, y tú serás parte de su herencia, y ya nunca más los privarás de sus hijos.
13 ”Así dice el Señor omnipotente: Por cuanto te han dicho que tú devoras a los hombres y dejas sin hijos a tu propio pueblo,
14 el Señor omnipotente afirma: Ya no devorarás más hombres, ni dejarás sin hijos a tu pueblo.
15 Nunca más te haré oír el ultraje de las naciones; no tendrás que volver a soportar los insultos de los pueblos, ni serás causa de tropiezo para tu nación. Lo afirma el Señor omnipotente”
16 El Señor me dirigió otra vez la palabra:
17 Hijo de hombre, cuando los israelitas habitaban en su propia tierra, ellos mismos la contaminaron con su conducta y sus acciones. Su conducta ante mí era semejante a la impureza de una mujer en sus días de menstruación.
18 Por eso, por haber derramado tanta sangre sobre la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos, desaté mi furor contra ellos.
19 Los dispersé entre las naciones, y quedaron esparcidos entre diversos pueblos. Los juzgué según su conducta y sus acciones.
20 Pero, al llegar a las distintas naciones, ellos profanaban mi santo nombre, pues se decía de ellos: “Son el pueblo del Señor, pero han tenido que abandonar su tierra”.
21 Así que tuve que defender mi santo nombre, el cual los israelitas profanaban entre las naciones por donde iban.
22 Por eso, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: “Voy a actuar, pero no por ustedes, sino por causa de mi santo nombre, que ustedes han profanado entre las naciones por donde han ido.
23 Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente.
24 Los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos, y los haré regresar a su propia tierra.
25 Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías.
26 Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.
27 Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes.
28 Vivirán en la tierra que les di a sus antepasados, y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
29 Los libraré de todas sus impurezas. Haré que tengan trigo en abundancia, y no permitiré que sufran hambre.
30 Multiplicaré el fruto de los árboles y las cosechas del campo para que no sufran más entre las naciones el oprobio de pasar hambre.
31 Así se acordarán ustedes de su mala conducta y de sus acciones perversas, y sentirán vergüenza por sus propias iniquidades y prácticas detestables.
32 Y quiero que sepan que esto no lo hago por consideración a ustedes. Lo afirma el Señor. ¡Oh, pueblo de Israel, sientan vergüenza y confusión por su conducta!
33 ”Así dice el Señor omnipotente: El día que yo los purifique de todas sus iniquidades, poblaré las ciudades y reconstruiré las ruinas.
34 Se cultivará la tierra desolada, y ya no estará desierta a la vista de cuantos pasan por ella.
35 Entonces se dirá: ‘Esta tierra, que antes yacía desolada, es ahora un jardín de Edén; las ciudades que antes estaban en ruinas, desoladas y destruidas, están ahora habitadas y fortificadas’.
36 Entonces las naciones que quedaron a su alrededor sabrán que yo, el Señor, reconstruí lo que estaba derribado y replanté lo que había quedado como desierto. Yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré”.
37 Así dice el Señor omnipotente: Todavía he de concederle al pueblo de Israel que me suplique aumentar el número de sus hombres, hasta que sean como un rebaño.
38 Entonces las ciudades desoladas se llenarán de mucha gente. Serán como las ovejas que, durante las fiestas solemnes, se llevan a Jerusalén para los sacrificios. Entonces sabrán que yo soy el Señor.
37.1 La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos.
3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes».
4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor!
5 Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir.
6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor’ ”».
7 Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí.
8 Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!
9 Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan’ ”».
10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!
11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!”
12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel.
13 Y, cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor.
14 Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor”»
15 El Señor me dirigió la palabra:
16 «Hijo de hombre, toma una vara y escribe sobre ella: “Para Judá y sus aliados los israelitas”. Luego toma otra vara y escribe: “Para José, vara de Efraín, y todos sus aliados los israelitas”.
17 Júntalas, la una con la otra, de modo que formen una sola vara en tu mano.
18 Cuando la gente de tu pueblo te pregunte: “¿Qué significa todo esto?”,
19 tú les responderás que así dice el Señor omnipotente: “Voy a tomar la vara de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel que están unidas a él, y la uniré a la vara de Judá. Así haré con ellos una sola vara, y en mi mano serán una sola”.
20 Sostén en tu mano las varas sobre las cuales has escrito, de modo que ellos las vean,
21 y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Tomaré a los israelitas de entre las naciones por donde han andado, y de todas partes los reuniré y los haré regresar a su propia tierra.
22 Y en esta tierra, en los montes de Israel, haré de ellos una sola nación. Todos estarán bajo un solo rey, y nunca más serán dos naciones ni estarán divididos en dos reinos.
23 Ya no se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus iniquidades ni actos abominables. Yo los libraré y los purificaré de todas sus infidelidades.[a] Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
24 Mi siervo David será su rey, y todos tendrán un solo pastor. Caminarán según mis leyes, y cumplirán mis preceptos y los pondrán en práctica.
25 Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, donde vivieron sus antepasados. Ellos, sus hijos y sus nietos vivirán allí para siempre, y mi siervo David será su príncipe eterno.
26 Y haré con ellos un pacto de paz. Será un pacto eterno. Haré que se multipliquen, y para siempre colocaré mi santuario en medio de ellos.
27 Habitaré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
28 Y, cuando mi santuario esté para siempre en medio de ellos, las naciones sabrán que yo, el Señor, he hecho de Israel un pueblo santo”.
POLONIA, COMO EN SU DÍA ISRAEL,
DEBE PREPARAR AL MUNDO
PARA LA NUEVA LLEGADA DE JESÚS A LA TIERRA.
LA PROFECÍA DE EZEQUIEL SOBRE ISRAEL
(EN LA ACTUALIDAD SOBRE POLONIA)
SE ACABA DE CUMPLIR.
CONVIRTÁMONOS, HAGAMOS PENITENCIA,
PORQUE SE ACERCA LA VENIDA DEL SEÑOR.